jueves, 2 de octubre de 2014

¿Podemos utilizar la Inteligencia Emocional para ayudar a estudiar a nuestros hijos?


Sí, como lo muestran las investigaciones científicas más recientes, aproximadamente un 50% de nuestros rasgos emocionales personales nos vienen de herencia genética, y el otro 50% proviene de nuestra crianza y de nuestras experiencias más tempranas de la infancia.

Con este conocimiento, y aceptando las naturales e inmodificables tendencias temperamentales que poseen nuestros hijos, podemos ayudarlos en cada una de las áreas de la Inteligencia Emocional:
  • En el autoconocimiento, detectando señales de ansiedad, nerviosismo o miedo, y previniendo problemas de relación (dentro y fuera de la familia) que pueden obstaculizar una determinada etapa de estudio.
  • En el control emocional, aprendiendo estrategias psicofísicas que permitan neutralizar los estados de ansiedad, los estallidos temperamentales.
  • En la motivación, requisito fundamental del verdadero aprendizaje, aprendiendo a neutralizar y/o superar la ausencia de interés y generar una motivación en una materia.
  • En la empatía, aprendiendo a percibir y comprender los sentimientos y emociones de familiares, amigos y compañeros de estudio.
  • En las habilidades sociales, aprendiendo a establecer buenas relaciones con los profesores y los compañeros de escuela.

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