El juego también cumple un importante papel con respecto a la salud mental de los niños y niñas. Explica Máximo Peña, psicólogo, miembro de la Asociación Española de Psicología Perinatal, y autor del blog Psicología para todos, que el juego no es un añadido, algo que puede estar o no, sino que si falta el juego falta el niño. “Ser niño o niña es jugar, de modo que ni siquiera es un problema de salud mental sino que va más allá: si le quitas a un peque el juego, le quitas la infancia. Por suerte, los peques encarnan mejor que nadie la palabra resiliencia y aún en las peores circunstancias son capaces de encontrar la manera de jugar, incluso sobre escombros”, manifiesta. Y es que, según el psicólogo, los niños y las niñas juegan incluso en las circunstancias más difíciles, “porque esa es su forma de interactuar con el mundo, de relacionarse entre ellos y de aprender, como hacen la mayoría de los cachorros de otros mamíferos”.
La disminución del juego durante la infancia, reemplazado por actividades sedentarias, y tareas infinitas perjudica la salud de los niños y niñas. Según Peña, la evidencia científica señala que el juego físico es fundamental para un crecimiento sano de músculos y huesos, del sistema cardiovascular, de la conciencia corporal y del mantenimiento de un peso corporal sano. A nivel psicológico, apunta que las investigaciones encuentran relación entre actividad física y regulación emocional, así como del fomento de la interacción social, la autoexpresión, la autoconfianza y la integración. “Hay que tomar en cuenta que la infancia es la época de la formación de los hábitos, y si no cultivamos hábitos sanos en la infancia difícilmente tendremos adultos sanos”, concluye.
Fuente: El País
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