Sin, pero no tanto
"Aunque se ajusten a la neblinosa
normativa vigente, las cervezas sin alcohol ya parten de una contradicción:
tienen alcohol. La normativa especifica que una cerveza sin alcohol es una “cerveza
cuya graduación alcohólica sea menor al 1% en volumen”. Las cervezas “sin”
pueden llevar un volumen medio que la OCU sitúa en un 0,7 %. Es una estimación,
pues las birras con una carga inferior al 1,2% no tienen la obligación de
comunicar el volumen que contienen. Ni siquiera las 0,0% se libran de la quema,
aunque las trazas son prácticamente invisibles.
“La definición de bebida
alcohólica de la OMS es 1,2%. Hablamos de bebidas fermentadas y, en su proceso
de fermentación, se puede producir una mínima graduación alcohólica muy similar
al volumen que puede tener un zumo de frutas, por ejemplo, por la fermentación
natural de su materia prima”, afirma Jacobo Olalla. De todos modos, la verdad
es inapelable: cuando te bebes una “sin” en realidad estás bebiendo alcohol,
por microscópico que resulte el volumen"
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