Despiértales con amor La manera en que les despertamos es lo primero que perciben de nosotros en el día. En lugar de un “Buenos días” lo primero que sienten es un beso en la mejilla y tienen tiempo para ir desperezándose.
Utiliza un tono suave y siempre respetuoso ¿Te gustan las personas que te hablan mal? A los niños tampoco. Cuando utilizamos un tono de voz duro, el niño inevitablemente siente rechazo por nuestra parte. Intenta recordar que los niños son más sensibles a los gritos y tonos de voz duros. Háblales con amabilidad y te devolverán la misma moneda.
Juega Posiblemente, los recuerdos más bonitos que tengo de mi infancia son de mi padre jugando conmigo. Para un niño pequeño no hay nada que le haga vibrar más que pasar un rato jugando con su papá o su mamá. Los ratos que pasas jugando con tus hijos dejan sembrados sentimientos de felicidad en su corazón.
No le pidas la perfección Los niños son muy sensibles a las correcciones y los reproches. Es como si su cerebro supiera que tiene toda la vida para aprender y no quisiera presiones de ningún tipo. Además las correcciones frecuentes pueden generar en el niño un sentimiento de sobreexigencia y baja autoestima. Recuerda que tus hijos son maravillosos. Corrígelos cuando estén dañando a los demás o cuando sea algo importante y, siempre que lo hagas intenta hacerlo de forma suave y con humor. Se puede enseñar sin presionar ni recriminar.
Contacto físico Los niños pequeños aprenden con sus manos, con su boca y con su piel mucho más que con sus orejas. No dejes de dar afecto físico a tus hijos para que aprendan lo mucho que les quieres. Hay padres a los que les resulta fácil expresar afecto de forma física. A otros les cuesta un poco más. Si eres de los segundos te invito a hacer un esfuerzo cada día por darles besos y abrazos. Poco a poco les resultará más fácil y les inyectando a través de su piel un sentimiento de seguridad que les acompañará de por vida
Regálale tu sonrisa Una sonrisa es una muestra de aceptación y aprecio. Cuando tus hijos te piden algo y les respondes con una sonrisa, incluso cuando eres capaz de decirles que no con una sonrisa tus hijos entienden que les aceptas y les quieres en todas las circunstancias. Reduce en la medida de lo posible las prisas y las obligaciones. Muchas veces lo mejor que les puedes regalar a tus hijos es una sonrisa.
Préstale Atención Una de las cosas más importantes que podemos hacer por nuestros hijos es prestarles ATENCIÓN. Escuchar sus ocurrencias, prestar atención a sus preocupaciones, sentarnos tranquilamente a escuchar qué tal les ha ido el día o tener los brazos disponibles para consolarlos pueden parecer actos intrascendentes pero hoy en día sabemos que son importantísimos para el desarrollo del cerebro de los niños. Recuerda que tu atención es esencial para el desarrollo de su autoestima y confianza.
Fuente: AlvaroBilbao
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