jueves, 27 de agosto de 2015

Efectos de las bebidas energéticas

La web personalise.co.uk ha descrito qué le sucede exactamente a tu cuerpo durante la primera hora tras haber tomado una bebida energética, así como los efectos que pueden suceder días más tarde.
Esto es lo que puedes esperar después de tomar una bebida energética:
Después de 10 minutos: La cafeína llega al torrente sanguíneo. Tu ritmo cardíaco y tu tensión arterial comienzan a subir.
Entre 15 y 45 minutos: El nivel de cafeína en sangre alcanza el máximo. El estimulante empieza a afectarte, mejorando no solamente tu concentración, sino también tu estado de alerta.
Entre 30 y 50 minutos: Toda la cafeína es absorbida por completo por tu cuerpo. Tu hígado responde también, absorbiendo más azúcar.
En una hora: Tu cuerpo empieza a experimentar una bajada de azúcar y los efectos de la cafeína empiezan a disminuir. Empiezas a sentirte cansado y con poca energía.
Entre cinco y seis horas: Esta es la vida media de la cafeína. Dicho de otro modo, a tu cuerpo le cuesta todo este tiempo reducir la concentración de la cafeína en tu torrente sanguíneo después del 50%. Las mujeres que toman anticonceptivos orales tardarán el doble en reducir el nivel de cafeína.
En doce horas: Es el tiempo que tarda la mayoría de la gente en eliminar por completo la cafeína de su torrente sanguíneo, dependiendo de su edad y de la actividad física que realice.
Entre 12 y 24 horas: Los síntomas de la abstinencia empiezan a manifestarse. Entre ellos se cuentan dolores de cabeza, irritabilidad y estreñimiento.
Entre 7 y 12 días: Los estudios demuestran que es el tiempo habitual para que tu cuerpo genere mayor tolerancia a la ingesta regular de cafeína, lo que te hace sentir menos los efectos de esta.
“Las bebidas energéticas están bien si se toman con moderación y dentro de una dieta equilibrada”, concluye el gráfico.
Pero la dietista titulada Karen Ansel, coautora del libro The Calendar Diet: A Month by Month Guide to Losing Weitght While Living Your Life, dice a Yahoo Health que esa conclusión está “fuera de lugar”. “Lo que a mí me preocupa sobre las bebidas energéticas es que la gente no las bebe igual que beberían un café o un té”, dice.
La razón es que el té y el café son los dos más amargos por naturaleza, así que tenemos más tendencia a beberlos a sorbos cortos (en vez de a tragos largos), al revés de lo que harían con una bebida energética. Esa amargura natural también le indica a tu cuerpo cuándo ha tomado suficiente café o té, así que es mucho más difícil que acabes en las urgencias de un hospital por haber tomado café que por haber tomado bebidas energéticas.

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