Mae Wood, psicóloga, aconseja dirigir la atención a otro tipo de detalles como qué voy a hacer el fin de semana o recurrir al móvil para entablar una conversación positiva con amigos. “También se puede activar la imaginación, cerrando los ojos y visualizando una playa paradisíaca, por ejemplo. Es una forma de confundir a nuestro cerebro, de decirle que ya ha pasado la zona de peligro y así favorecer que nuestro cuerpo se relaje”.
Además, se recomienda activar la respiración abdominal, esa que se utiliza en actividades como meditación, pilates o yoga. “La idea es hacer una respiración desde el estómago, más lenta, como si fuera un balón que se va hinchando y cuando lo expulsamos vuelve a la posición original. Científicamente está demostrado que este tipo de respiración nos ayuda a relajarnos”.
Para controlar las emociones es necesario tener en cuenta el sesgo atencional e interpretativo. “Si le presto mucha atención al calor y a la respiración porque lo interpreto como algo negativo, a nivel cerebral se produce la liberación de cortisol y adrenalina. Cuando fluyen por la sangre hacen que el corazón bombee más rápido y que la respiración sea más agitada.
Si a su vez hago una interpretación catastrófica del tipo: “no lo puedo controlar, no me llega el aire, me voy a desmayar”, contribuyo a aumentar mi ansiedad, explica la experta.
Por otra parte, la psicóloga recomienda la técnica de autoinstrucciones positivas. Se trata de una serie de mensajes breves con una carga positiva que lanzan ánimo, optimismo, positividad y empoderamiento. “Si me quedan 10 minutos para poderme quitar la mascarilla y la situación se hace incómoda me repito indicaciones como “tranquila, lo estás haciendo muy bien, sigue así, respira despacio, enfocándote en tu estómago”.
Otros recursos que pueden ayudar son el sentido del humor y la práctica de ejercicio físico. “El entrenamiento contribuye a eliminar la adrenalina y el cortisol y desencadena la liberación hormonas como la oxitocina y endorfinas que mejoran el sueño, la relajación y el pensamiento positivo”, concluye.
Fuente: Artículo La Vanguardia
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