- Usa el ejemplo
En ocasiones es fácil decirle a
los demás lo que tenemos que hacer, pero especialmente a la hora de educar a un
hijo, debemos ser un buen ejemplo para
él o ella. Es un punto fundamental, porque los padres son modelos a
seguir para sus hijos, algo que no debemos olvidar. Esta es otra de las claves
prácticas de la educación emocional.
- Aprender la escucha activa
Escuchar no es lo mismo que oír. Podemos oír lo que alguien nos
dice pero estar pensando en nuestro turno de conversación sin que el otro
interlocutor haya acabado el suyo, o podemos escuchar con los cinco sentidos,
es decir, escuchar activamente. Cuando alguien se comunica con nosotros no solo
expresa lo que dice en palabras, sino que también habla su lenguaje no verbal y
sus emociones. Prestar atención a esto es clave para comunicarnos plenamente
con otros individuos.
- Ejemplos para solucionar sus
problemas
Desarrollar la capacidad de solución de problemas es necesario para
adaptarse al entorno cambiante en el que nos encontramos. Ya no solo los
niños, sino los adultos también se ven superados por las emociones negativas.
Si les ponemos ejemplos a los niños, es más fácil que aprendan a gestionar sus
emociones y los conflictos que les rodean.
- Autoconocimiento emocional
El primer paso para poder
convertirse en una persona emocionalmente inteligente es conocer las propias emociones y etiquetarlas.
Para ello, es posible realizar diferentes ejercicios como, por ejemplo, el
diario emocional. En el que pueden escribir cómo se han sentido a lo largo del
día y así reflexionar sobre la experiencia. Es importante que el
- Cuentos
El uso de cuentos es una
alternativa ideal para incrementar su inteligencia
emocional, algo que va a influir positivamente en su bienestar. En el mercado existen diferentes cuentos para
que los niños desarrollen la inteligencia emocional.
- Felicita y resalta los
aspectos positivos de su aprendizaje
El refuerzo positivo es una de las formas más comunes de enseñanza,
pero también es altamente efectiva, especialmente en estas edades. Siempre que
el niño haga bien algo que esté relacionado con la educación emocional, puedes
reforzarle su acción, para que comprenda que lo que ha hecho está bien y
reflexione sobre ello.
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