4. Son más inteligentes
Los niños a los que se les lee a
menudo no solo son más creativos y productivos, también son más inteligentes,
según han revelado los estudios.
Un grupo de científicos de la
Universidad de Nueva York descubrió en 2013 que la lectura interactiva,
consistente en hacer preguntas al niño y proporcionar explicaciones durante la
lectura, aumenta su coeficiente intelectual en una media de seis puntos. De
acuerdo con las conclusiones de los investigadores, este efecto se hace
especialmente notorio antes del cuarto año de vida.
Para explicar esta situación, los
científicos aducen que los niños expuestos a la lectura tienen una mayor
estimulación cognitiva que aquellos que no lo están.
Ehmig también resalta la
importancia de la interacción durante la lectura y añade que "los
audiolibros también son efectivos y son un buen complemento, pero no sustituyen
a la lectura en voz alta".
5. Son más empáticos
Además de fomentar las
capacidades cognitivas, la lectura también promueve las capacidades
emocionales. "Los niños tienen la oportunidad de ponerse en el lugar de
los personajes de las distintas historias, con lo que adquieren la capacidad de
empatizar, aumentando por tanto su inteligencia emocional", comenta
Winzinger.
De acuerdo con un estudio sobre
lectura realizado en 2015 por el Instituto de Investigación en Lectura y
Medios, los niños adquieren un mayor sentido de la justicia.
6. La lectura refuerza el
vínculo con los padres
Este es un efecto muy importante
que a menudo se deja de lado: pocas cosas ayudan a estrechar lazos entre padres
e hijos como la lectura.
Padres e hijos comparten un
tiempo muy valioso. El niño se sienta en el regazo del padre o la madre y su
suave voz crea un ambiente agradable en el que pueden reírse juntos de las
travesuras del personaje en cuestión, lo que genera un sentimiento de unión.
"También es importante que
la lectura no se olvide y continúe cuando los niños ya estén en el colegio y
aprendan a leer por sí mismos", recomienda Simone Ehmig.
"Cuando los niños entran al
colegio, los padres tienden a pensar que ya no deben leerles, porque esto
podría perjudicar el proceso de aprendizaje de la lectura", cuenta.
Además, "a menudo a los niños les produce frustración que se les ponga
delante un texto de un nivel inferior al que están acostumbrados". Lo que
deben hacer los padres para evitar esta situación es seguir leyendo cuentos a
sus hijos cuando entren a la escuela, pero también practicar la lectura de
textos sencillos, aconseja la experta.
En resumen, la lectura promueve
el desarrollo de los niños a nivel cognitivo, emocional y social. Esos 15
minutos que los padres invierten al día en la lectura constituyen un regalo de
inestimable valor para sus hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario