1. Hablar de los temas delicados, como el tabaco, de una forma en la que no se sientan culpables o juzgados.
2. Destacar qué es lo que los niños hacen bien y alimentar la autoconfianza en los niños, la mejor herramienta para que no sucumban ante la presión de sus compañeros.
3. Animar a nuestro hijo a implicarse en actividades donde no se fuma como en el caso de los deportes.
4. Demostrarle que valoramos sus opiniones e ideas.
5. Hablarle de los peligros del tabaco desde los 5 o 6 años de edad y continuar hablándole sobre ello con el paso de los años.
6. Preguntarle qué le atrae y qué le desagrada de fumar y escúchele con paciencia.
7. Lea, vea la televisión y vaya al cine con su hijo y compare la realidad con los estereotipos que se presentan en estos medios. No es lo mismo la imagen de un sex-simbol fumando en una pantalla que la realidad de quien fuma y además del olor a tabaco, los dientes y dedos amarillos…
8. Hable con su hijo sobre las formas de decir que no y los aspectos negativos del tabaco que no le gustan: mal aliento, mal aspecto, posibilidad de contraer enfermedades.
9. Anime a su hijo a alejarse de aquellos compañeros que no respeten sus razones para no fumar.
10. Explíquele de qué manera el hábito de fumar controla la vida diaria de los que empiezan a fumar: la dependencia es una pérdida de libertad y el dinero que se gasta en tabaco se puede emplear en otras cosas.
Fuente: Infosalus 5/6/14
No hay comentarios:
Publicar un comentario