Uno de cada 1.000 recién nacidos
en España padecen síndrome alcohólico fetal y 1 de cada 100 trastorno del
espectro alcohólico fetal. Ambas situaciones condicionan, en mayor o menor
medida, el desarrollo de un individuo y su vida. Y ambas, subraya Josep
Guardia, “son totalmente evitables”. Este experto del Hospital
San Creu y San Pablo de Barcelona denuncia que el consumo de alcohol durante el
embarazo es la principal causa conocida de defectos congénitos y trastornos del
desarrollo en la Unión Europea. Según investigaciones recientes, “una mujer
embarazada que consuma cualquier cantidad de alcohol está en riesgo de tener un
niño con síndrome de alcoholismo fetal. En los casos más graves, el consumo de
alcohol durante el embarazo puede llegar a causar abortos espontáneos,
nacimientos de bebés muertos y graves malformaciones cardíacas o cerebrales”.
Por ello es fundamental recordar
que la mujer debe abstenerse completamente de beber durante la gestación. “El
consumo de alcohol durante el embarazo ocasiona malformaciones, retraso en el crecimiento,
peso y talla y retraso mental entre otros síntomas. Conocido y descrito desde
hace más de 40 años, el síndrome alcohólico fetal se ha convertido en
la segunda causa de retraso mental tras el síndrome de Down.
Diagnosticado previo al nacimiento, los cuidados de la madre y del embrión
deben extremarse tras el nacimiento, los cuidados médicos y educacionales
suponen una carga social y económica muy importante, lo cual debe sumarse a los
costes producidos por el consumo de alcohol”, asegura el experto de Socidrogalcohol.
Y debido a que no existe «un umbral de seguridad» en cuanto a la cantidad de
alcohol que puede beber una mujer embarazada, en muchos países hay unas
recomendaciones de «consumo cero» durante este periodo, apunta Guardia. «Pero
no en España», lamenta. “Sabemos que los daños que produce en el bebé son
muy numerosos”. Las evidencias, afirma Guardia, indican que el
alcohol afecta principalmente al desarrollo del cerebro y, por lo tanto,
el consumo supone un riesgo. “Los principales daños al bebé son: anomalías
faciales características, anomalías del desarrollo del sistema nervioso
central, trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol, defectos de
nacimiento relacionados con el alcohol. Otras anomalías son la
microcefalia, deterioro intelectual (leve a moderado retraso mental),
retraso en el desarrollo, hiperactividad en la infancia o trastorno de
hiperactividad con déficit de atención (TDAH) o malformaciones cardíacas”.
Fuente: ABC, Salud
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