La percepción de peligrosidad de
las distintas sustancias es alta también en todos los casos, aunque los jóvenes
muestran, para todas ellas, una visión algo menos problematizadora que los adultos.
Especialmente cuando se trata de las drogas legales, con diferencias
porcentuales que alcanzan casi los 20 puntos en la proporción de quienes las
considera muy o bastante peligrosas: 34 y 39 %, respectivamente entre los 15 y 22
años y los 23 y 30, frente al 52 % de los adultos cuando se trata de la
peligrosidad del tabaco 42 % y 49 %, también respectivamente, frente al 59 % de
los adultos en el caso del alcohol.
Respecto a estas dos sustancias
se comprueba que es más de la mitad en cada uno de los grupos de jóvenes
quienes relativizan la peligrosidad máxima, y más aún cuanto menor es la edad.
Se aprecia que cuanto menor es la edad es mayor la creencia de que el alcohol
se puede controlar (según el 26 % entre los 15 y 22 años y el 25 % entre los 23
y 30, frente al 20 % entre los adultos).
La percepción de que el alcohol
es seguro y no peligroso es superior entre los más jóvenes, y muy inferior
entre los jóvenes de mayor edad, incluso por debajo de los adultos (5,5 %, 3,9
% y 4,4 %, respectivamente).
No son significativas, sin
embargo, las diferencias en las posiciones respecto a la legislación sobre el
tabaco, con una mayoría próxima al 75 % de la población que las apoya e incluso
las endurecería, y un 22 % partidario de suavizarlas o abolirlas.
Mucho más clara es la diferencia
de posiciones respecto a las leyes relacionadas con el consumo de alcohol, que
afecta fundamentalmente a las restricciones en el consumo público y el de los
menores de edad: el 24 % de menores de 23 y el 21% de los jóvenes de entre 23 y
30 años, se muestra partidario de suavizar o abolir estas leyes, frente a un
escaso 8 % entre la población adulta.
Fuente: FAD
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