La Organización Mundial de la
Salud (OMS) ha apelado al bolsillo para intentar reducir el consumo de tabaco
en el mundo. Ha solicitado a todos los países que incremente los impuestos del
tabaco para reducir y evitar el consumo en los colectivos con menos ingresos,
sobre todo los jóvenes. La OMS, a través del Convenio Marco para el Control del
Tabaco, considera que es la medida de control más eficaz en función de los
costes “de esta forma limitamos el
crecimiento de las cifras de fumadores.
El consumo de tabaco (tal y como
venimos mencionando en anteriores publicaciones) es la “principal causa
prevenible de defunción en el mundo, y actualmente mata a uno de cada 10
adultos en todo el mundo”, asegura el doctor Carlos Jiménez, director del
programa de investigación en tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y
Cirugía Torácica (Separ).
Durante el año pasado, el Estado
recaudó cerca de 9.000 millones a través del IVA y los impuestos especiales (cerca
de tres puntos menos que en 2012). Además, desde la entrada en vigor de la ley antitabaco,
la presión fiscal sobre el tabaco ha ido en aumento, al tiempo que desciende su
consumo. Así lo recogen las conclusiones de la Encuesta Nacional de Salud 2011–2012,
que señala que hace dos años el 24% de la población -a partir de 15 años- fumaba
a diario, mientras que en 1993 lo hacía un 32,1%.
Además de las estrategias
fiscales, Jiménez Ruiz ha destacado la importancia de trabajar en estrategias asistenciales
para promover la deshabituación tabáquica en los colectivos de fumadores. “Los profesionales
sanitarios de atención primaria, los farmacéuticos y las unidades de tabaquismo
deben ser un referente fundamental para las personas que quieran dejar de
fumar. La nicotina es una sustancia con gran capacidad adictiva y es necesario
poner a disposición de la persona que quiere dejar de fumar recursos y
herramientas para hacerlo”, ha comentado.
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